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PUNO: OBISPO DE PUNO AMENAZA CON PEDIR A UNESCO QUE RETIRE TÍTULO DE PATRIMONIO A FIESTA DE LA CANDELARIA

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Prelado hizo la advertencia porque danzarines seguían bailando mientras él celebraba misa. Un sector del público lo respaldó, mientras que otros reaccionaron con silbidos e insultos.

El obispo de Puno, Jorge Carrión Pavlich, volvió a causar polémica con la festividad de la Virgen de la Candelaria. Semanas atrás cuestionó a las bailarinas de trajes de luces por usar prendas “demasiado cortas”, dejando ver diversas partes de sus cuerpos.

Ahora, el prelado advirtió que solicitaría a la UNESCO, que retire el título de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a la fiesta de la Candelaria, si los danzarines no respetan los actos religiosos. La nominación se alcanzó en 2014, tras un arduo trabajo de diversas personalidades.

Monseñor hizo la advertencia este sábado, porque mientras la imagen de la Virgen era trasladada de su templo hacia la Catedral de Puno, los bailarines de danzas autóctonas prefirieron seguir bailando, generando desorden.

Jorge Carrión, esperó que la sagrada imagen llegue al atrio de la Catedral para lanzar su amonestación. Durante la misa de víspera, no se quedó callado.

“Quiero expresar mi malestar por el desorden causado por la Federación (Regional de Folklore y Cultura de Puno). Dicen que tienen veneración a la Virgen de la Candelaria, pero lo que está sucediendo aquí y ahora, no tiene nada que ver con veneración y devoción. Esto es un insulto a la Virgen”, dijo con molestia.

Luego lanzó su advertencia, en caso todo siga igual. “Me veré obligado a cambiar la fecha de veneración a la Virgen. O se reza a la Virgen, o guardamos a la Virgen”.

Finalmente se dirigió al Comité de Salvaguarda, cuya tarea es conservar todas las prácticas religiosas y culturales, que dan vida a la festividad.

“Advierto al famoso Comité de la fiesta de la Candelaria, y dando oportunidad, para solicitar a la Unesco que le quite el título de Patrimonio Inmaterial, porque esto no es lícito”.

El público que se congregó en la Plaza de Armas no se quedó callado y le respondió con silbidos e insultos. Pero un sector de feligreses respaldó al religioso, porque mientras se oficiaba la misa, los conjuntos continuaban bailando sin inmutarse.

La República Sur