
Las intensas lluvias que azotan la región de Puno han causado serios estragos en la agricultura y ganadería, principales actividades económicas de la población aymara. Daniel Ginés Mamani, experto en ganadería altoandina, advirtió que esta situación pone en riesgo la economía y la alimentación de las comunidades rurales, quienes enfrentan grandes pérdidas sin recibir el apoyo necesario de las autoridades.
En el sector agrícola, cultivos esenciales como la papa, quinua y cañihua se han visto gravemente afectados. La humedad excesiva ha provocado la putrefacción radicular de las plantas de papa en plena etapa de floración, lo que anticipa una baja producción del tubérculo este año. Asimismo, la persistente lluvia amenaza con reducir considerablemente la cosecha de quinua y cañihua, cultivos fundamentales para la alimentación y el comercio en la región.
Por otro lado, la ganadería también enfrenta serios problemas. En las zonas altoandinas, las nevadas, granizadas y lluvias excesivas afectan la salud y la producción de camélidos sudamericanos. Mientras tanto, en las áreas bajas, las inundaciones han destruido extensas áreas de pastizales, dejando sin alimento al ganado vacuno y ovino. La escasez de forraje podría ocasionar enfermedades en los animales y una disminución en la producción pecuaria, agravando aún más la crisis para los productores.
Ante este panorama, los agricultores y ganaderos de Ilave han expresado su indignación por la falta de medidas de apoyo por parte de las autoridades locales y regionales. Exigen una respuesta urgente que incluya asistencia técnica, forraje de emergencia para el ganado y estrategias de mitigación frente a las lluvias persistentes. Ginés Mamani insistió en que es fundamental tomar acciones inmediatas para evitar un impacto irreversible en la seguridad alimentaria y el sustento de miles de familias en la región.