El Niño no azotará el altiplano puneño, solo la costa peruana
Todo indica que el fenómeno de El Niño del presente año será muy similar al presentado entre los años 1997 y 98. A esto le llaman un “niño costero” (calentamiento de agua de mar cerca a la orilla o al continente), es decir, uno que afectará sobre todo a la costa norte de nuestro país y “rozará” nuestro altiplano.
Ya que el clima es, en estricto, impredecible, en el último mes se han detectado indicios de calentamiento en las zonas centrales del Océano Pacífico. Esto implica la posibilidad de que el fenómeno El Niño no se presente de forma tan débil en nuestra región.
Se ha dicho que El Niño trae la posibilidad de incremento de lluvias o sequías, pero, observando datos históricos, en global trae un déficit de lluvias (ver gráfico de lluvias). El asunto es qué tan drástico será este déficit y cuál será su impacto.
La única forma de predecir lo que vendrá es comparar el comportamiento del actual Niño con sus manifestaciones en décadas pasadas. Se tienen ampliamente documentadas las manifestaciones de los años 82-83 y del 97-98 y, en un análisis técnico, hasta el momento, el Niño actual muestra mucha similitud con el niño noventero.
¿Cómo se llega a esta conclusión? Los elementos para analizar son dos: las incidencias de lluvias y las temperaturas en los océanos. Una gráfico comparativo de temperaturas en el mar es como un rostro; y, comparando los rostros de los últimos tres Niños, se halla mucha semejanza entres los dos últimos. Ocurre lo mismo si es que se analizan las precipitaciones fluviales.
Todo lo anterior, de acuerdo a los datos recogidos por el Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN), y la explicación del encargado de pronósticos del Senamhi Puno, Renny Diaz Aguilar.
El niño del año 97-98
Mientras en el norte de la región las inundaciones causaron grandes estragos y el INDECI registraba 73 fallecidos en Lambayeque (según su cuadro de daños), en la sierra sur se registró un comportamiento anómalo de lluvias que, en global, significó un déficit de estas.
Primeramente se pudo apreciar el adelanto del período de lluvias y el incremento de las mismas, tanto en frecuencia como en intensidad en la parte media y alta de Puno, desde el mes de noviembre. La temporada seca vino después.
El punto de inflexión vino desde la primera semana de enero y, a partir de allí, los gráficos comparativos indican que el nivel de lluvias es cada vez más bajo con respecto al promedio histórico, a medida que avanzan los meses.
Por otra parte, el documento “El fenómeno El niño 1997-1998, memoria, retos y soluciones”, registra un aumento en la fertilidad del ganado, así como el adelanto en la cosecha de quinua y el aumento de producción de avena y cebada forrajera.
fuente : los andes